Una más del querídisimo Roca. Ibamos en viaje y de repente una bolsa llamó mi atención. Al principio pensé "¡qué bien, doña Rosa compró algo en Wrangler! Está bien, es una marca linda, conocida por la calidad y durabilidad de sus productos". Pero, al ver un poco más de cerca, noté que algo no estaba bien. Y fue así como la viveza criolla se hizo presente una vez más en el marketing argentino.
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